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Las 12 fases del Síndrome Burnout en IFS

  • Juan
  • 12 may
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 22 may


El síndrome burnout (también llamado del trabajador quemado) no ocurre de la noche a la mañana. Es el resultado de una dinámica interna en la que distintas partes de nosotros, con la intención de protegernos o mantenernos en control, terminan llevándonos al agotamiento extremo. Un proyecto ilusionante no resulta como esperábamos y comienza a generar desequilibrios en nuestra vida. Unas facetas personales desplazan a otras, primero poco a poco, después de manera implacable. El resultado es un deterioro vital que nos conduce al colapso.  

síndrome burnout
El trabajador quemado

Las 12 fases del síndrome burnout en IFS (terapia de sistemas de familia interna) pueden entenderse como la lucha entre partes exiliadas, protectoras y nuestro self, que es un concepto que se puede entender como nuestra esencia tranquilamente asentada en el presente, libre de miedos y preocupaciones.  


Una secuencia habitual podría ser la siguiente: 


1. Modo “ME COMO EL MUNDO” - Ambición en exceso 

Comenzamos un trabajo o proyecto vital cargados de energía. Un motor interno centrado en ese trabajo toma el control con la creencia de que el éxito es la única vía para la seguridad o la validación. Esta parte puede estar impulsada por diversas razones, como la ilusión por el proyecto, el miedo a no ser competente o la necesidad de validación externa. 


2. Modo “A DESTAJO” - Trabajo duro sin descanso 

Esa parte laboriosa sigue dictando un ritmo implacable. Ignora las señales del cuerpo y la mente, creyendo que el descanso es una amenaza para la productividad o el valor personal. El miedo al “y si” empieza a impregnar el ambiente. 


3. Modo “ESO NO TOCA AHORA” - descuido de necesidades propias 

Una parte reactiva (a quienes llamamos "Bomberos" en IFS) aparece en forma de autonegación: la comida saludable, el sueño y el autocuidado se ven como obstáculos en lugar de necesidades. Se prioriza el hacer sobre el ser. 


4. Modo “A CALLAR TODOS” - desplazamiento del conflicto y necesidades 

Otra parte protectora intenta acallar cualquier malestar emocional con el pensamiento: "no tengo tiempo para sentir esto ahora", reprimiendo emociones fundamentales. Además, se produce un distanciamiento de las visiones externas (familia, amigos, compañeros...) que discrepan del modo en que se llevan las cosas. 


5. Modo “WORKAHOLIC” - todo gira en torno al trabajo 

Los hobbies, relaciones y descanso se desvanecen porque la parte que solo quiere trabajar ha convencido a la persona de que la identidad está ligada sólo al desempeño profesional. 


6. Modo “YO CONTROLO” - negación del problema 

El sistema interno se defiende con fórmulas evitativas que dicen: "estoy bien, sólo necesito organizarme mejor", negando el impacto real del agotamiento para evitar enfrentarse con emociones exiliadas como el miedo o la tristeza. 


7. Modo “BURBUJA” - cinismo y desconexión 

Aparecen protectores en forma de cinismo y distanciamiento que se vuelven defensas contra el dolor subyacente y la frustración acumulada. Cuando sentir pone en riesgo los planes de la parte dominante de nuestra personalidad, la solución que aparece es dejar de hacerlo. 


8. Modo “OLLA EXPRESS” - cambios en reacciones psicológicas 

Las partes protectoras ya no pueden contener la carga emocional en todo momento, lo que provoca que, en determinados momentos, brote la ansiedad, la irritabilidad, el mal humor y la desmotivación. El equilibrio interno comienza a colapsar. 


9. Modo “PILOTO AUTOMÁTICO” - despersonalización 

El comportamiento distanciado de uno mismo que se forjó en el modo “burbuja” toma el control. Se pierde la conexión con el self (lo que somos en realidad cuando no nos sentimos en guardia), llevando a una sensación de alienación y vacío. 


10. Modo “ANESTESIA” - vacío y ansiedad 

Las grietas en el plan de la parte laboriosa son más habituales. Ante los sucesivos traspiés y conflictos se buscan escapes inmediatos: comida, redes sociales, alcohol u otras distracciones para calmar el dolor interno. 


11. Modo “HUNDIMIENTO” - pérdida de sentido 

El sistema interno colapsa en desesperanza. "¿Para qué hago todo esto?" surge como el grito de esa parte que cuestionaba la forma de llevar el proyecto y que fue ignorada por demasiado tiempo. Los conflictos externos, las señales corporales y las partes que rechazan una vida dedicada al trabajo se acaban imponiendo. 


12. Modo “BURNOUT” - agotamiento extremo 

Cuando todas las estrategias fallan, el cuerpo y la mente se rinden. Surgen enfermedades, crisis emocionales y burnout total.  


El proceso de cambio desde IFS 

Para revertir este proceso es fundamental reconocer a cada una de estas partes con compasión. El trabajo terapéutico con IFS permite dialogar con todas las partes implicadas, entender sus intenciones, reducir el conflicto interno y ayudar a liberar las emociones exiliadas. El objetivo es restaurar el liderazgo del self, desde donde es posible encontrar equilibrio, descanso y significado sin sacrificar el bienestar. 


Si sientes que el burnout está afectando tu vida, buscar apoyo desde un enfoque IFS puede ayudarte a reconectar contigo mismo y recuperar tu bienestar integral. 


Tomar conciencia del estado de burnout es un proceso lento y delicado en el que atender a todas las partes implicadas. Si algo de lo que has leído resuena en ti o en alguien de tu entorno, en Juan Badía Psicología estamos para acompañarte. El camino para recuperar el equilibrio y la armonía empieza aquí

 
 

Reflexiones, tips, metáforas y demás tecleos esporádicos para exprimir más esto de la terapia

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